TÍTULO: ALCAUDETE VERDE Y ORO
I
SIERRA DEL SUR
En la Sierra del Sur, sobre la paz
del olivo,se derrama la angustia de los pájaros
como un rumor de relámpagos cautivo
y resuena a la sombra de la tarde la
voz delgada y húmeda del barro
y sangra el sol a los pies de hinojos
y tomillos,
sobre quejigos, espartos y retamos,
en las almenas que abrazan tu
castillo.
Tan callada, tan sola, lejana e
improbable,
en la Sierra del Sur,
duerme la blanca sombra de Alcaudete,
siempre inalcanzable.
II
DE PAN Y ACEITE
De pan y aceite
son las horas que encierro en la
memoria,
codiciando en silencio el torpe
respirar del trigo y los olivos
y un oscuro y tibio palpitar de
golondrinas.
De pan y aceite
son los labios que -igual que blancos
lirios-
besan tus calles y se clavan en el
corazón del mediodía.
De pan y aceite
es el eco asombrado de Alcaudete
que resuena en el áspero vientre de
la encina.
III
AL-QABDAQ
Ciudad de los Manantiales,
laberintos que albergan en sus
piedras
un apretado mar de olivos
y el corazón blanco de las sierras.
Se derrama en ti la primavera
y la frágil memoria de las aves
entre los juncos y carrizos de Laguna
Honda,
y mi voz blanca y redonda
-como una luz que se deshace igual
que cera-
encala el silencio suave de las tardes.
IV
ALCAUDETE, VERDE Y ORO
Alcaudete
encrucijada de caminos,
verde sueño de aceituna y oro.
Cerro de la Celada,
Cortijo
de la Muela,
Torre
del Moro...
A los pies de la Sierra Ahillos
planto mi corazón y lloro
y tejo con eneas
el recuerdo de tu luz, que tanto
añoro.
V
CORCEL DE LUNA BLANCA Y ACEITUNA
Desde la Fuente de Zaide
hasta la antigua ermita de la
Aurora
hay una luz callada y cegadora
que envuelve con aroma de azahar el
aire.
Recorrer hoy tus calles quiero
con el gozo delicado del almendro,
que muere en tu paisaje prisionero
para resucitar después en el
recuerdo.
Alcaudete... corcel de luna blanca
y aceituna,
corazón atravesado por el polvo del
sendero.